EL CHUPETE
- CAIF Olegario
- 10 ago 2020
- 1 Min. de lectura
· El reflejo de succión comienza con el amamantamiento, donde no solo se alimenta sino que obtiene placer, el cual está centrado a nivel de la boca.
· Poco a poco este placer se va trasladando a otros objetos, como los dedos, una prenda, un objeto y el chupete.
· De todos modos no es utilizado por todos los niños.
· A medida que crece el placer de succión se traslada a otras actividades placenteras.
· Actúa como objeto

que lo gratifica y lo contiene ante situaciones adversas.
· La succión le genera placer, lo relaja, lo calma y lo ayuda a descargar tensiones.
A tener en cuenta
· Es aconsejable que sea el niño quien elija cuando dejarlo.
· No apurar dicho proceso por ansiedades del adulto como ser: higiene, deformación del paladar, etc.
· El límite a dicha conducta, es esperable que la ponga el niño y no sea impuesta por los padres, lo que va a favorecer la interacción y la buena calidad del vínculo.
· El trabajo de “alejamiento” debe ser compartido y acompañado por la presencia comprensiva de los adultos que lo aman y contienen.
Abandono del chupete
· Ponerlo cerca pero sin usar, a su alcance, mientras juega.
· Usarlo a la hora de la siesta, solo previo al dormir y dejarlo en un lugar donde el niño pueda acceder en caso de angustiarse.
· En la noche dejarlo cerca de la cama.
· No hacerlo “desaparecer” de repente, ni de un día para el otro.
· No cortarlo ni tirarlo sin su consentimiento.
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